Prevenga la podredumbre apical con la estrategia nutricional correcta

La podredumbre apical del tomate, conocida también como Blossom end rot (BER), es una de las fisiopatías más comunes que se pueden encontrar en el cultivo de esta y otras solanáceas como el pimiento / morrón. Provoca malformaciones morfológicas y cromáticas en el fruto.
El daño generalmente aparece como una lesión en el ápice de la baya que no permite la comercialización de los frutos.
La podredumbre apical del tomate está provocada por la carencia de calcio, que como elemento poco móvil en las plantas, se trasloca con dificultad dentro de las bayas tanto en las primeras etapas del desarrollo del fruto.
Para prevenir la podredumbre apical en tomates, Green Has Italia, además de las recomendaciones agronómicas, sugiere una estrategia nutricional basada en:

  • Tratamientos foliares
  • Intervenir con aplicaciones (también en asociación con productos fitosanitarios) a partir del inicio floración del primer ramillete y repetir cada 7 días con Calboron, un fertilizante mineral soluble en agua, libre de nitratos, cloruros y sulfatos con un alto contenido de calcio, complejado por ácidos carboxílicos de alta calidad en un equilibrio adecuado con el boro.
    Si además, hay deficiencias de magnesio y/o se desea aumentar el tamaño de los frutos, se puede pulverizar Foliacon 22, un fertilizante de muy alta pureza que permite la suministración simultánea de calcio y magnesio en proporción 2:1, incluso en las condiciones más difíciles provocadas por los desequilibrios hídricos y estrés ambiental. Los dos productos permiten intervenir de forma extremadamente rápida y eficaz en cualquier fase del ciclo.

  • Intervenciones por fertirrigación
  • Para integrar calcio y nutrientes por las raíces evitando excesos vegetativos, fertirrigar con la línea Calfon desde prefloración hasta final del cuajado del primer ramillete utilizando Calfon P, ideal en las primeras etapas del desarrollo de la planta cuando los frutos aún no están presentes debido a la presencia de nitrógeno amoniacal (2,5%) y fósforo, para favorecer el desarrollo, luego utilizar Calfon hasta la cosecha del primer ramillete y posteriormente Calfon K, ambos formulados sin nitrógeno amoniacal precisamente para favorecer la asimilación del calcio y su translocación en los frutos.

    Integrar el aporte de calcio por via radicular con Fisiocal, fertilizante caracterizado por un elevado contenido de calcio activado con MEA que estimula el desarrollo de las raíces.

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